
Aunque su consumo es recomendable durante todo el año, para muchos el verano es sinónimo de helados. De cucurucho, polos, acompañado de tarta, caramelo, lacasitos o licor. Las posibilidades son infinitas, tantas como las curiosidades en torno a este producto.
- El cucurucho, fruto de una casualidad
En su origen los helados se servían en platos. En la Exposición Universal de San Luis, en 1904, al panadero Ernest Hamwi se le ocurrió ofrecerle al heladero del puesto del lado sus gofres persas para servir los helados en ellos.
- Los sabores clásicos
El de vainilla es el sabor más demandado a nivel mundial. En el ranking de clásicos también están el chocolate, nata y fresa.
- Nueva Zelanda, el mayor consumidor
Según la Asociación Internacional de Productos Lácteos el país que consume más helados es Nueva Zelanda. Le sigue Estados Unidos.
- Con leche materna
Matt O’Connor decidió crear un helado con leche materna al que llamó «Baby Gaga» (en honor a Lady Gaga). Se distribuyó en Londres pero las autoridades sanitarias lo prohibieron.
- Recomendables para el buen humor
Los helados contienen triptófano, un aminoácido que nos calma y reduce la agresividad, aumentando la producción de serotonina (la hormona del bienestar).
- El origen, en China
No está claro su origen pero todo apunta a que fue en China. El emperador Tang (618-697 A.C.) sería el artífice.
- La primera heladería, en París
En 1660 el siciliano Francisco Procope abrió en París el primer establecimiento de helados. Llegó a ser felicitado por el rey Luis XIV.
- El más caro: 25.000 dólares
Tiene una mezcla de 28 cacaos, 5 gramos de oro comestible de 23 quilates, se sirve en una copa bordeada de oro comestible y se come con una cuchara de oro decorada con diamantes blancos. Si lo quieres deberás pagar 25.000 dólares y viajar hasta Nueva York.
- Nuevo sabores: callos, pescado o pimiento
El helado no para de reinventarse y ya es posible pedirlos con sabor a pimiento, callos, pescado, espaguetis, curry o zanahoria.
- Diferentes presentaciones
Las presentaciones son muy variables en función del lugar donde estemos. En Sicilia, por ejemplo, se sirve en un bollo.
Fuente: listas.eleconomista.es